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Se alisa el sol en los escalones de tus párpados
en tus infusorios brazos que martillan mi sangre
en esta osamenta líquida de la boca
la esponja de mi certeza asume la forma de los peces
se adelgaza en el promontorio de un gusano
como una luna mustia de tantas visitas
aliméntame de tus pedruscos
no importa lo duro del cartílago
ni el sombrío oficio que ejerce el viento de noche
vamos a decirle la modista del tiempo:
ya es hora que mis ojos dejen de vestir sauces
y en su vidriería deshabiten las frondas de todo demonio.
Gio.
3 comentarios:
Bella poesia.
Sí, ya es hora de cambiar la indumentaria.
Me ha encantado
Emocionanate tu cadena de metáforas, a cual más certera.
Enhorabuena y mis saludos.
clad essunno
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