Nuevo poemario


El fondo de la sangre

¿Te dijo, tu padre, que la angustia no es de niños?
¿Acaso te advirtió, de las grietas de tus manos, después de cada caída?
¿Se sentó contigo para contarte de los precipicios del infinito?
¿Alguna vez te explicó lo que es el vértigo y te enseñó su alma?

Sólo lo viste andar sin morir de cristianismo
con su zurda percepción de la existencia,
acuñando la bandera palabra
para no dormir el corazón,
calentando el fondo de la sangre.

Sólo sentiste el temblor mesurado por sus hijos
cuando dormías en su pecho que, lampiño, ejercía de muralla.


Gato techero

Has ensamblado los buques
que te han servido para la memoria
educando a tus cachaquitos de plástico
para que maten con decoro

coge tu huaraca
y sigue bailando trompo,
sin la melancolía de lo imposible

ve a buscar tu pelota sin miedo a los perros
pisando con cuidado el techo de calamina

juégate el pellejo por la fantasía
de ser el único héroe
que domesticaba a los gatos techeros.


Reviviendo la palabra pájaro

Reanudará la agitación de la cuchara
con el niño presente en sus muertos.

El padre del padre en catapulta suena en gramófono
retumbando el vocablo verso
con el aliento de volver a la lengua telúrica
reviviendo la palabra pájaro.

Que aletee el niño,
que haga uso de las tormentas,
que tome posesión de los caballos,
que apunte con su cerbatana a la garganta del vacío
y que brille sus pupilas en los linderos.



La idea de querer escribir sobre la infancia y la niñez puede resultar un tema recurrente. Pero tengo muchas cosas que contar sobre ello. Hasta que por fin me decidí poetizarlo. Escribir poemas sobre mi infancia y niñez, es todo un reto. Este proyecto todavía está en pañales y queda mucho por recorrer. De momento no encuentro un título.