jueves, 19 de octubre de 2017

Campos



Poesía había clavícula al costado mordiendo imperiosamente una caminata malasañera a cada escrito pulgar tan avanzada hora para reconocerla la he mirado surcado poniente silueta mi kiosko aspirina tomado milenios diera qué niño sale había soñado si larguísimas al acercarme descomponía el pecho intuía carne salta al oído muy gelatina el músculo separándome mí en aquella calle la palma pegada sin querer perder el ojo suyo fuente danza en mi funicular mestizo dientes cerilla no quería despegarme párpados su vocal intercambiaba fibra sudor por el costado la voz deambulando muy delgadamente la luz es y lo sabía pupila reducida siendo la noche y la deconstrucción es un proceso dije asentando sonriente a todos defectos patriarcal el derrumbe nación no lo supe de pequeño y el rojo su cabeza más fue mirada e hinchado nada cursi ocurría ya sí vamos en mi mercado papaya desayuno podemos me desprendo un poquito mejor tranvía entonces como un dos de mayo lateando un beso deja ya cursilería me ha descarnado bemba no importa el muerto no muerto llueve qué adolescente decapitado acariciando hierba en las uñas y un rostro más Kandinsky que Picasso constelación no escribas constelación mide la azúcar pero le gusta ecuestre ya mis orejas de la cópula del aire unos cabestros han despertado riñones tuertos qué tan lácteo puede ser un cuerpo qué choclo la fortuna cuánta locomotora incrustada desgranamos sonoridades de las infancias y no sabemos no esperamos la sombra.


Porque tu cuello y la lejanía a dos metros limosna sin embargo el purgatorio gracias sangre por aliento clavado aquí oscuridad de sombrero para arrancarle vida a la vida altura de labios en la locura vaso de lágrimas y tu subsistir bisonte pliegues subsuelo de mente de lamparillas descuelgan su aroma arbitrario y mi paciencia cucharón de tu rojo suave hasta el suelo rojo pelo por mis dientes descontrolados un pie suelto y la cortina debajo de mi anudado curiosamente ángel cual brazo brotó en la bombilla todos desnudos como viejos zapatos debajo de la cierto es eriza los vidrios animales fue ansia sapos que no se han escrito en cabeza impenetrable por polillas muerte ciega muerte pupila a la inútilplegariadepapel yace inmediato en su fondo quería sus esquinas y abrazarlas en mi desierto altísimo las hortalizas qué pinta el alba la carne su deglución en cama silente frágil es obvio temblor su mano dibujé su nombre entendía mi desarme la noche sus ojos son la noche llorando y brotaba.








Gio.



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