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Qué sabe el poeta del poeta,
sino conoce el simulacro de darle de comer a la razón
que habita debajo de la cama,
quedando atrapado en la contundencia
de una canción sin cuna
que arde en las paredes,
qué sabe, sino es acuchillado por los besos
de una serpiente
ni arrastrado por caballos que le cercenen
las extremidades
qué sabe,
si huye en los espejos
y se aísla
en la uva y la cebada
le han arrancado la columna
y sólo aprendió a decir: sangre,
muerte, tristeza,
¿Dónde está la alegría? ¿Y la felicidad, a dónde se fue?
se pregunta continuamente,
tal vez pensó
que se lo comieron todo
los niños con hambre
porque no parece afectarle a nadie
y el poeta no aprende nada del poeta,
la neumonía cerebral le permite
hacer rimas fáciles y ramplones versos
y no sabe que la intemperie sirve
para curar todas sus heridas.
Gio.
6 comentarios:
Nadie sabe nada de nadie Gío y los poetas tampoco. No saben nada ni siquiera de otros poetas que lo cuentan todo en sus versos porque a veces o siempre, nos mostramos demasiado herméticos, difíciles cuando escribimos.
Cada día me gusta más la poesía "simple" que no ramplona que me lo pone fácil.
Suelo estar muy cansada.
qué sabe el hombre del hombre
La intemperie siempre ha sido la mejor cuna para la palabra...
Un abrazo
Marian
hola giovanni te felicito por tu blog, te invito a que compartamos poesía , así que visita mi blog EL HABITAR POÉTICO, saludos que estes bien.
Al menos habrá que saber de palabras, Gio, que no de palabrerías. No nos neguemos, aunque yo siempre digo que es fácil ejercer de poeta, pero difícil serlo.
Los poetas son gente muerta,
malditos con alma de demonio,
muerte, muerte, muerte.
Los poetas no saben que es morir,
no viven del mañan,
alcohol, alcohol, alcohol.
Los poetas tienen corrugados los dedos y el corazon bien canceroso,
drogas, drogas, drogas.
Los poetas caminan descalsos, olvidados, olvidando, solos,
sexo, sexo, sexo.
Ja.
Mosca
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