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-Ese no eres tú -
me dijo
-no eres un ser triste
ni un viejo derrotado por la desgana
¿estás loco? -
Se me cayeron todos los gestos al suelo
no hubo ninguna expresión en mi cara
no gano nada con los lamentos
que son desoídos por fondos huecos,
que se acumulan entre miradas ácidas
de llagas desnudas
-Solo tienes treinta años-
Acotó
-y tienes que sonreír más, por qué tienes
una preciosa sonrisa -
Entonces dibujé en mi silencio
un reino prohibido de caudales hirvientes
y volví al manicomio esponjoso
de la quieta fuente de la que bebo
y en los caminos que nace
de la plenitud de su existencia
yo le dije:
-me sabe deliciosa y diferente la cerveza
cuando la vierto sobre tu espalda -
Y me la bebí toda.
Del poemario: "Un advenedizo en Madrid"
2007-2008
Gio.
2 comentarios:
Un poema, aparentemente sencillo, entre el tú que se ve y el que vive en ese reino prohibido.
Me encanta el tono, el lenguaje, el ritmo que tiene.
Un abrazo.
Te dejo un abrazo para que sepas que estoy, aunque pase en silencio.
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