viernes, 3 de septiembre de 2010

Humedad

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La tristeza de las algas no te alcanza, no te llega a tocar el cuello
sólo puede ser olfateada por los perros que amanecen
bajo el martillo que la intemperie guarda.

El sonido de las anémonas no reverdecen insectos,
se hace niebla en cánula
para inyectarse en la voluntad de mis llagas,
para ser incesante ante tu sordera
que no ve que mis huesos quedan al descubierto

tu humedad aún retumba en mi esqueleto
ante la confusión de cuchillos que aprietan mi sangre.





Gio.

7 comentarios:

Marian Raméntol dijo...

Esta vez me has dejado K.O. El poema no tiene desperdicio, Gio.

Un fuerte abrazo
Marian

estrella dijo...

Buenas noches Gio!!
No hay peor sordo que no quiera oir,ni peor ciego que no quiera ver.Me produce intranquilidad tu poema,pero no es esa la palabra que andaba buscando,lo siento Gio,no encuentro otra mejor,quizás tú sí la encuentres.

Un abrazo

BENHUMEA dijo...

creo q algunas de las mejores cosas de este fabtastico mundo son humedas, la sangre galopando apasionada por las venas, las lagrimas en todas sus envolturas, los besos...

Un beso. Te leo.

Ángel Muñoz dijo...

ves gio, a esto me refiero, así tío, así

Laura Gómez Recas dijo...

Estupendo, Gio.
Tiene tanta carga semántica que casi se puede masticar.
Profundamente erótico, profundamente existencial,
profundo siempre, lo lleva hacia lo lleve la intención del lector.

Un beso.
Laura

Su Xiaoxiao dijo...

Conecté mucho con este poema, otra vez, la humedad, muy bueno.

George dijo...

me gusta mucho.

abrazos,

G.