lunes, 22 de noviembre de 2010

Ayuno

.
Sabrás, que solitario
sigo siendo tu extensión
y que asumo la muerte del tarso,
del singular de la vida,
que la fantasía me rasguña la conciencia
y me la desviste humana

sabrás también
que rehúso a cerrar mis venas,
a las tristes estampidas de vizcachas,
a la extinción del ronsoco que muerde mi tobillo,
al derrumbe de las casas de quinchas y esteras,
a la secreción del río que rompe las válvulas.

Sabrás que mi ayuno
es la desolación de la pierna,
la añoranza de tu pelvis,
que mi esqueleto ya no se retrata en la cocina
ni en la cama,
que el sueño líquido pasea inasible
por la veda del difunto

sabrás, sobre todo
que la lagartija se hace trenzas en la calva,
que mis huesos sudan frío
en la interrogante de tu saliva
y que espero como relámpago
en el ronquido de mi caballo cuaternario.






Gio

7 comentarios:

Anónimo dijo...

um, me sorprende siempre tu riqueza de matices.

Un abrazo de lunes ;)

Vale dijo...

Qué triste te siento, tío.

Neorrabioso dijo...

Muy bueno, macho, ritmo y cambio de ritmo muy bien llevado, intensidad y verdad parejas. No me gusta, lo único, lo de "extensión" y "tendón", cacofonía demasiado cercana. No me opongo a las asonancias e incluso a algunas consonancias, porque creo que el poeta que busca la naturalidad debe admitirlas, pero una consonancia terminada en -ón sin necesidad me parece muy bruta.


Abrazos cachicuernos.

Hasta pronto.

Genís dijo...

Hola Giovanni, he leído algunos de tus poemas y me agradan mucho.
Agradezco el comentario que dejaste en mi blog.
Estás invitado cuando quieras. Para mí, será un placer compartir mis poemas contigo.

Un saludo.

Genís

Haffner dijo...

Me gusta mucho el verso final: 'en el ronquido de mi caballo cuaternario'. Muy sonoro y también significativo.

Un abrazo.

mis largos pies dijo...

Bien, bien, se aprende la ausencia, se sabe.
Estoy con Batania en cuanto al -ón, se lee difícil, pero ¡quién soy yo! nadie, nadie. Beso, Gio.

Giovanni-Collazos dijo...

Ya hice la corrección!

Gracias.