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El pavimento me tiene sembrado en tu sombra
porque existí en tu cuerpo
y existo en la lápida edificada por la serpiente
las volutas se desprenden de los tábanos que habitan mi lengua,
el metal de la noche gusanea al muerto, el espejo es el descredito de mi espíritu.
Entonces, el frío, encaja un machete en mi tórax
y voy viviendo en las pulsaciones raquíticas
que se fugan del árbol, mientras la quietud voluntariosa
se hace alarido en la herida.
Gio.
3 comentarios:
Tus pulsaciones me fustigan el alma...
Me ayudan a recrearme.
Gracias.
Un abrazo,
AMADEUS
Un poema perfilado, Gio. Me gusta cuando desprendes tanta fuerza arrastrada...
Un abrazo
Marian
el espejo es el descrédito de mi espíritu....
(me la quedo.)
abrazos
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