domingo, 20 de febrero de 2011

El texto de la presentación

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Gracias a los coordinadores del ciclo poético "El ovillo de Ariadna" por invitarme a participar y sobre todo muchas gracias a la filóloga y poeta Verónica Delgado Mayordomo, por presentarme de gran manera, a mi entender. Por otro lado, una cosa tengo clara y lo veo de esta forma: tengo que seguir mejorando y creciendo. No cabe el estancamiento. Hay cosas que sirven de aliciente y levantan el ánimo, pero esto es un continuo aprendizaje, una lucha constante contra uno mismo y contra muchas cosas externas. Aquí dejo el texto de la presentación que me hizo Verónica:
17 de febrero de 2011

Una navaja sobre un caldero atraviesa un cepillo de cerdas
de dimensión ultrasensible; a la proximidad del día las cerdas se
alargan hasta tocar el crepúsculo; cuando la noche se acerca las
cerdas se transforman en una lechería de apariencia modesta y
campesina.


César Moro

Si cuando Juan Ramón Jiménez, en su viaje América, reflexionó enajenado sobre los referentes comunes y sus nombres, diciendo que cielo es cielo y que qué coño era eso de sky, no era sólo porque Juan Ramón estuviese loco, algo de razón tenía.
Si bien, la primera atribución de un término a una realidad es arbitraria, la práctica y el uso de la palabra genera una relación complementaria que, al romperse, se impone para el hablante como un extrañamiento. Esta mezcla de concepto e imagen acústica es lo que Saussure llamó signo. Y todo es signo desde el momento que “se llama” o que está etiquetado.

Hoy vamos a escuchar a Giovanni Collazos, poeta limeño y autodidacta disciplinado, que afirma que su única patria es la poesía. Dice: Donde esté mi poesía, ahí viviré yo.
Y así es. Sus textos apuntan a una doble condición geográfica que fundida logra una realidad nueva donde dos espacios y dos tiempos (Madrid y Lima) se unifican en una voz polifónica que enriquece el poema, otorgándole un valor multirreferencial y simbólico.
Pero Perú, pesa y que pese: un yaraví salía de tus ojos/ con la fruta cayendo en los ponientes.
A veces, encontramos palabras de origen quechua, como el caso de yaraví que es una melodía, o como quincha que es una pared construida a base de cañas y forrada después con barro.
Otras veces, leemos palabras que nos sorprenden porque aunque tienen origen español, nombran realidades cuyos significantes andan en proceso de extinción, como las chumberas, o los pericotes:

Cabeza migratoria, que has saboreado la servidumbre de los garfios, aquellos que se disfrazaron de huida, esos que agravaron la anemia con las astillas de los treinta y tres años, entrelazados en chumberas y hogueras, en quincha y estertores.

Otra característica fundamental del léxico asumido en estos versos, es la sonoridad. Sonoridad que aporta ritmo, música y un aire hermético que encuentra su catarsis más en la fonética, que en la referencia universal. Esta leve desunión forma-fondo es la responsable del enigma que guardan sus imágenes y de una expresión eminentemente connotativa.
Con este léxico configura el poeta un fondo de temática muy variada, que responde a asuntos sociales, políticos y amorosos estimulados por la necesidad de recordar un pasado, por el impulso que provoca la injusticia o por la ausencia de un amor.

Decía Enrique Peña Barranechea:
A veces, llora mi inquietud una antigua nostalgia.
A veces, soy un guerrero bárbaro, degollando las mañanas.
A veces, tu “voy a volver” lo he encontrado en el primer atisbar del mirlo con la lluvia
.

Giovanni es nostálgico, a veces guerrero bárbaro y otras espíritu inquietado ante un tú que ya no está.

Ayudado con estas herramientas, el poeta se desenvuelve sin enmascararse. Con una poesía nacida desde el yo más explícito. Después acude a un tú o deja su huella en la experiencia que habla sola:

No se puede prescindir de los suburbios del cráneo
Ni hacer un picnic
En un país que te encarcela.

Hay valentía y fuerza. Con razón Giovanni, se define como un poeta no sólo de palabras sino también de acción:

Mientras el peso de la espada
ya no corta naranjos
la opulencia de los olivos
va acabando con los sapos que alimentan los versos.


Tenemos aquí a un poeta que experimenta con sus versos, implicado en la dificilísima labor de encontrar una voz propia. Un poeta en construcción, con una temática inclusiva que nos hace pensar que, para Collazos, toda la realidad es digna de ser poetizada.


Verónica Delgado Mayordomo.

Foto by Julio Ulanga

4 comentarios:

Mixha Zizek dijo...

Me hubiera gustado estar allí escuchandote, pero sé que ya habrá oportunidad de oírte querido amigo, besos

Layla dijo...

seguro que te fue de puta madre, Gio.

un besazo

Pez Susurro dijo...

Verónica reina.

No merecía menos la ocasión..


un abrazo

virgi dijo...

¡Cuánto me alegra! Algún día he de oírte.
Besos