viernes, 2 de diciembre de 2011

Cuentos

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Cuando te pones frente al papel y no escribes nada porque ya no quieres seguir versando sobre lo mismo, aun teniendo pendiente otras historias y sentimientos que versar, aun teniendo otras cosas que decir, que contar, la creación se torna opaca, escribes de forma muy oscura  o simplemente no escribes nada. Y ya no es que la inspiración se haya ido, sólo que no hay otra cosa en mi cabeza. Me pongo a escuchar todas las noches a Robert Johnson y John Coltrane, la música siempre suele inyectar aire sobre mi cerebro y su influjo suele ser un pulmón que ayuda a la angustia a despejar grietas, sin dejar de cerrar el agujero del pecho. Ese agujero que queda enorme ante toda la ciudad que no basta para el olvido. Todo esto, pienso, es un reflejo: camino con los bolsillos vacíos y realmente ando así, sin nada en los bolsillos, sólo mi permiso de residencia y mis llaves, ya ni siquiera llevo la tarjeta del banco, que tampoco me vale nada. Nunca he necesitado más. Las cosas superficiales no me contaminan. Sólo este ordenador portátil y los libros. Claudia siempre me decía que se sentía orgullosa de mí. De mi fortaleza, de mi bondad, de mi nobleza, de mi talento. Pero eso de qué me sirve. Y mientras escribo estas líneas que no tienen realmente demasiado sentido, toca la puerta de mi habitación desde donde estoy escribiendo, la hija menor de mi compañero de piso, una niña de 5 que es muy lista y le abro, y me enseña un pequeño libro de cuentos infantiles y de paso me dice que le lea uno de los cuentos; le pregunto por su papá y me dice que no está, se ha ido a comprar. Así que no fui malo, le leí un par de cuentos y después he vuelto a este texto. Ahora mismo tengo a Chéjov que me está mirando desde unas hojas amarillentas, lo acabo de adquirir, lo he leído muy poco, pero ahora lo voy a devorar. Me abandonaré a la lectura de sus cuentos y al silencio.







Gio.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

un abrazo, gio.

la chica de las biscotelas dijo...

me gustan estas reflexiones...

Charcos dijo...

contarle un cuento a un niño es algo más que especial.

virgi dijo...

Buena música, el origen de casi todo.
Besos, Gio.