miércoles, 17 de julio de 2013

Acróbata


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Porque el amor es una canción que se evapora
un fuego pueril a las cinco de la mañana
con su viento macilento en el azul de unos pezones
como garúa incurable sobre el enfermo
rabioso clavel desplomándose
en el reguero abrazo de carne virulenta
ausente de belleza que desmenuza el latón de este pecho
¿y quién se ha trenzado en él?
¿y quién sigue su instinto y se alegra por terminar en su sombra?
se sabe de la muerte antes de ser cadáver
su afasia flamea por la saliva
con su boca labrada acaba minúscula en la noche
te arrastra en caderas como raíces estrujantes
en el vacío codicioso en el vacío del ceño
de la sonrisa ronca que desala la lengua
ese no sé qué quimérico y ruinoso
sólo es un muñón de madera
equilibrista
que arde y te destruye.







Gio.

2 comentarios:

María Sotomayor dijo...

La palabra garúa me reconstruye, de esas palabras por las que siento debilidad. Te abrazo muy fuerte poeta.

M.

© José A. Socorro-Noray dijo...

Gracias. Esto es Poesía con mayúsculas.

Saludos