viernes, 30 de agosto de 2013

Isla

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Es la media noche y su tinta de metralla golpea
pasa volando mi cabeza con un alfabeto de hombre hueso
todo colérico de suspiros
podría ser una roca lanzada entre sus piernas islas
un grito solitario en el entierro
podría ser el murmullo de los que piden pan
con el suicidio de los peces y su desembocadura a lo negro del día
son las tres y un tormento
el lujo de sus pupilas palpan la música como árbol
de la ausente voluntad de mi cráneo
si muriera mi rama pavimentaría toda lámpara del lenguaje
y el ahorcado sería pájaro vida tristeza silente
son las cinco y una aguja que señala su vientre
en el trabajo charco de los sueños
ya no mira con su lengua mi pecho navío
y el vacío nuevamente
el vacío del despertar pastoso
el vacío yesoso de cisterna de todas las mañanas.









Gio.

1 comentario:

miss desastres dijo...

Qué maravilla de poema
Tan bello, tan intenso.