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La ciudad es el cerro
con sus niños de cimiento que empujan con sus saltos
las callejuelas de esquinas
detenidas en el tiempo, imantados de polvo húmedo
que respiran con pies trillados
se cuelgan del manubrio envejecido
para no despeñarse,
para no desdentarse en las puertas
de un maloliente mañana.
La ciudad es el cerro
con sus viejos de ruinas y ojos candentes
que sostienen las grietas que el aire ha socavado
desde lejos irrumpen serenos
destilando los opulentos brazos del olvido.
La ciudad es el cerro
y fardo gris
que cubre la extendida urbe
henchida en su estirpe de limo.
Del poemario: "Que me encuentren en Lima"
2008
Gio.
7 comentarios:
La melancolía, la tristeza, la daga que se clave en nuestra alma, siempre inquieta nuestra alma.
Felicidades con retraso, Gio
Me recuerda a la imagen que tenías del barrio de Lima instalado en ese cerro enorme, que tanto me impresionaba.
La ciudad es un acúmulo de huesos y disparos y antepasados y lágrimas y esperanzas y de siglos y....
Bien lo has definido, todas las ciudades son un gran cerro invisible bajo las calles.
Un abrazo.
Buena fotografía tejida de letras. Así es fácil imaginar.
Un saudo.
Como a Víctor, tus versos me sugieren la ciudad invisible de todas las ciudades, la del humo y las alcantarillas.
Un abrazo.
no se puede hacer una descripción más sentida amigo gio.
Cómo me impresiona esa fotografía, ¡¡¡carajo !!!
UN ABRAZO.
Todo colgando de la desesperación. Hasta la vida.
¿Qué hay peor que una maloliente mañana? Es una imagen terrible.
Besos.
Laura
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