.
-No te metas mucho con el gobierno que pueden que te lean y pensarán que eres medio “terruco”*- Es el consejo de una madre que se preocupa por su hijo.
–Mamá, no te preocupes, primero, nadie me lee, con las justas unos amigos poetas contados con los dedos de una mano y segundo, en este país existe la libertad de expresión, por lo menos eso creo- le replico.
Pero uno a veces ya no sabe que pensar. Por otro lado tampoco me importa lo que vayan a creer, pero si lo que piense de mi, mi madre. Con lo que me gusta pasear las calles de esta ciudad, a pesar de muchas cosas que uno encuentra, para algunos desagradables, para mi pintorescas. Y pintoresco y desagradable es toda la plana política existente. De tantas manzanas podridas que hay dentro de la canasta ya cunde todo, los antecedentes los delatan. Ellos son la plaga. El pueblo hace lo que puede, no se queja; es de las cosas que no me gustan, que no salgan a reclamar, que no alcen la voz. No se le puede pedir mucho por otro lado, están, y con toda razón, más pendientes en salir adelante con todas las dificultades que se presentan a diario. Somos ricos en recursos, pero la mayoría ya no son nuestros, todo se lo llevan las empresas extranjeras. Y la población, en un grueso porcentaje, sigue siendo pobre; los gobiernos de turno nada hacen al respecto.
Seguía hablando con ella y le reiteré lo que pienso
-Yo sé que no logro nada diciendo estas cosas por que todos sabemos quienes son los que gobiernan, sin embargo la mayoría mira para otro lado y no lo entiendo-
Mi madre me dice en tono irónico que me lance para presidente.
-Soy poeta, Mamá, y me siento comprometido con algunas causas, también soy realista y conozco mis limitaciones.
-¿Y porqué un poeta no puede ser presidente?- me dice.
-No Mamá, eso sería un suicidio. Primero que a los poetas nadie les hacen caso, siempre cuando se meten en política terminan presos, exiliados o muertos. También terminan contaminados de toda la podredumbre que existe, ya no serían poetas, serían tan tristes que ya no encontrarían nada bello que escribir. Podemos opinar, tener ideales, una simpatía por algún partido político, hasta ser militantes del partido, pero de ahí a que alguno sea presidente de algún país... personalmente sabes que me gusta la política, pero no quiero ensuciarme con ella...
-Pero tu soñabas con llegar a ser presidente, Gio.
-jajaja sí, claro madre, no lo niego, pero también soñé con ser como Javier Heraud, el poeta guerrillero. Era un iluso, Mamá.
Ella si que me entiende, aunque no este de acuerdo con otras muchas ideas que tengo, religiosamente hablando. Será por que me quiere, simplemente por eso.
-Yo no creo que por opinar estas cosas vayan a pensar que soy un terruco, no creo que la gente de este gobierno sean tan escasos de mente- le digo a mi madre.
(*terruco=terrorista)
(Texto escrito el 21/10/2008 en mi antiguo blog "Ciudad Feroz", sobre una de las tantas conversaciones con mi madre, cuándo estuve el año pasado en Lima)
Gio.
3 comentarios:
Pues, yo te leo.
gio
bello recuerdo
las madres siempre tienen esa antena parada para con los hijos y sus cosas
somos perceptivas y aveces alocadas , pero siempre con amor guiando y reprendiendo.
salutos
:o) La madre suele ser el contrapeso de nuestras vidas.
Besos para ti y para ella.
Laura
Publicar un comentario