.
Despierta el día, el cielo se está incendiando.
Naranja incandescente que humedece el aire
de los corales ínfimos de la tierra
veo pasar la osadía del viento
que se funde con mi rabia que dormita
en un soplo que cuaja
sobre el nudo perpetuo de mi garganta
despierta el día, al fondo de las montañas
donde las piedras hablan el dialecto del llanto
la noche se humedece con la leve lluvia
que raya en los campos
la suave voz de un claustro
que aturde mis congénitos yerros
se difunde como en un libro los días furtivos
con sonrisas diáfanas
clavadas en las zancadas de las horas
que azotan mi inexpugnable piel
los días que preceden mis días
realizan la quimera de una dulce zampoña
que intrépida debilita
los escombros de la bóveda que esconde los lamentos.
Del poemario: "Un advenedizo en Madrid"
2007-2008
Gio.
1 comentario:
Ese tiempo... inexpugnable.
Un beso,
Laura
Publicar un comentario