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En los entreversos de mi memoria
están las conjugaciones de camas deshechas,
está el parentesco de nuestros esqueletos
que a caballo se anestesiaban en un gravísimo azufre,
moviéndose a tumbos en mi encefalograma de tendones amputados
son estos pies los que no pueden continuar
porque este fusil que se inflama,
que se atornilla,
que se aletarga,
sufre la herrumbre de esquirlas en el esternón.
Y me confecciono un silencio, otra sangre, otras agujas
para coserme un pararrayos que no enferme mi cuerpo.
Gio.
3 comentarios:
Fantásticos los dos últimos versos! :D
Buenas noches Gío!!
Las heridas que más tardan en curar,no son las del cuerpo,ya lo sabes,son las del corazón,dale tiempo y dale paz para recuperarse.
Te cogo la palabra y aquí van dos besos..¡virtuales,eh!jaja
Un abrazo
Espacios absolutamente necesarios, silencios que nos sanan.
Bellísimas imágenes Gio. Tenía un ratazo sin leerte.
Un placer andar por acá.
¡Saludos!
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