viernes, 16 de diciembre de 2011

Amistad

Todo empezó en aquel foro de poesía a finales del 2007 y principios del 2008. Yo no sabía quién era. Su seudónimo era Burroski. Publicaba poemas muy “bukowskianos” e irreverentes y todos los lectores (“poetas”) le daban duro con la crítica, incluso llegaban al plano personal; recuerdo que yo defendía esos poemas, en aquel momento me gustaban y a pesar de la sencillez de los versos, encontraba algo que me movía por dentro. No supe quién era el tal Burroski hasta meses después. Recién había creado este blog donde escribía casi todos los días. Era totalmente nuevo en este mundo blogger. Aún asistía al taller de poesía, pero quería que de alguna forma, lo que escribía tuviera opiniones. Entonces interactuaba con otros blogs, también ex “foreros” de aquel foro de poesía. Y por esas idas y venidas por las letras blogueras encontré su blog. Ya era el mes de abril del 2008 y todos los días lo leía. Leía los otros dos blogs que tenía abierto, también. Agradecía haberlo encontrado. Fue grandioso. Había muchas entradas donde los comentarios de los lectores y las respuestas de él eran batallas dialécticas, derroche de conocimientos literarios, apasionados debates; aprendí bastante. Descubrí a poetas que nunca había leído. Debo confesar que no había leído a Panero, ni a Gamoneda, ni a Blas de Otero y a otros muchos, pero gracias a su labor se me abrió todo un mundo de posibilidades en la poesía, otras formas, otras maneras de escribir (aunque esto diga poco de mí). Un día de Setiembre, el poeta, hizo eco de una convocatoria para celebrar un recital poético en la calle, en La Puerta de Sol de Madrid. Fue un recital alternativo a la “noche en blanco”, fuera de las actividades oficiales. Le escribí para apuntarme y ayudar en lo que sea con la organización. Me entusiasmo la idea. Entre otras cosas, el poeta, tuvo la generosa idea de pedir un poema a los bardos que estaban fuera de Madrid y España, para imprimirlos y repartirlos por las calles de esta ciudad, además de hacer unas camisetas para recordar aquella noche. Todo salió estupendo. Al llegar al punto de encuentro, veo a un grupo de muchachos bastantes jóvenes. Irrumpo entre el barullo y pregunto: ¿Quién de ustedes es Batania?... Yo soy Batania, responde un hombre flaco, de facciones marcadas, cabello negro y mirada limpia como de niño. Pues yo soy Giovanni Collazos, le dije. Muy bien, Giovanni, toma tu camiseta, cuánto es, pregunté, nada me dijo, son gratis. Caramba, chévere, pero algo debo hacer aparte de leer poemas, dame un poco de los que te han enviado los poetas que no han venido para ayudarte a repartirlos, le dije. Y empezamos con el recital callejero, callejero como nosotros.


(Continuará)

Setiembre 2008


Gio.

3 comentarios:

Helenaconh dijo...

esta historia me encanta!

Eva R. Picazo dijo...

Gio!
que grande
Como vosotros
Beso

Alex pabaro dijo...

hola Gio, hace algún tiempo que te sigo y me gustan el nuevo diseño y estos pedacitos de diario.Te dejo aquí la dirección de un proyecto que hemos montado hace poco con unos amigos de Sevilla. Me gustaría saber tu opinión. rapsodiafanzine.blogspot.com/