lunes, 28 de enero de 2013

Núbiles canciones


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Tanto tiempo en la ciudad donde construía mis vísperas
mis alas se hacían imperceptibles al borde del vacío habitable
mi lugar se asentaba en un charco en un sol
en la clarividencia del trabajo
fueron inviernos silentes los que curtieron mi piel
ahora me hallo con mi cáscara en el estupor
sembrando la suerte por las calles
buscando un paraguas para este vértigo
que encuentra violencia en mis ojos
callejeo por los sueños de todos
y el orador escupe la miseria
sus agujas golpean las mañanas
los pensamientos boreales se han congelado
los propios muertos cantan sus núbiles canciones
los días escasean para seguir mirando en el fondo de la taza
es el viento quien contiene la historia de la tempestad
el tranvía ya no pasa los nudillos me salivan
arde mi sangre en el frío desocupado
y hay un hambriento que corroe su fuga
su lánguido
su crispación fecunda.









Gio.

3 comentarios:

María Sotomayor dijo...

Me gusta mucho Gio, me gusta mucho, el ritmo de todo el poema es maravilloso.

M.

Lila Biscia dijo...

sabes qué me gusta? el modo en que siempre hacés referencia a las ciudades en tus poemas...
hay algo de lo vivido en los espacios que siempre es interesante.

besos, gio.

justpac dijo...

a por ellos!