miércoles, 25 de febrero de 2015

Malecón



Mis ojos de extranjero desordenan los gestos de un ron
playa túnica agonía
de la ciudad roca sin barcas a sus espaldas
sin patatales en su política gargantilla
la nostalgia fue un derecho de la noche y sus meandros
caen cantando su tristeza alegre en las arterias
la luna pavimenta las ventanas
con su música ráfaga de dedos sedientos
la carne me transpira su tinta
sangra curvo desde su fondo y sus frondas me dan en los huesos
con los animales que flotan hinchados de sal
los charcos son la belleza del agua
el sol sigue pegando en lo oscuro
voy a gritar mi lejanía.







Gio.

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