24 de octubre de 1977

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Hoy cumplo años.

Y quiero ser el niño que jugaba con las canicas y los soldaditos inanimados, al que les daba vida con la imaginación. Y escuchar a ese ratón “topogigio” cantar y reírme con el “chavo del ocho” y sentir pena por “Marcos” que nunca encontraba a su mamá. Quiero volver a ser ese niño que se detenía a escuchar esa canción de “Janet” y pensaba que tenía un corazón de poeta, capaz de hundirse en la tristeza. Ese niño que se creía que podía ser como Rocky, cada vez que salía del cine o ser como Bruce Lee, inmortal. El niño que jugaba con la pelota y deseaba ser futbolista y hacer jugadas maravillosas; el que soñaba con ver siempre a la familia unida, el que nunca quería que algún tío o primo tuviera que viajar fuera del país para buscarse una mejor vida.

De ese niño infinito, queda muy poco.

32 años y la sensación de no haber aprovechado el tiempo. Reflexiono y no encuentro la estabilidad. Muchos fracasos asumidos y otros sin asumir. Y la tristeza siempre filuda, punzante, hincándome la cara. He aguantado, a pesar de todo. Y quiero seguir con la misma fuerza para afrontar lo que se viene.

Sinceramente, muchas ganas de celebrar, no tengo. Pero vamos a poner cara buena, como siempre, para que nadie se preocupe. Intentaré divertirme.

Gio.