.
Se deshacen los argumentos
y ésta distorsión atávica succiona mi cuello
de esos chocolates
solo queda la gravilla,
un amargo agujero,
que revela mi cortedad humana
en constante fracaso del cortejo
los adobes se fragmentan
y cubren de polvo
las sábanas del invierno
la enfermedad galopa en tristísimos pedazos
que piden martillos de morfina.
Gio.
2 comentarios:
ufff, gio, te lo vuelvo a repetir, como ya te dije en un post anterior, me encanta, tío, como terminas los poemas, tus dos versos finales, son demoledores, abrasadores, te aletargan, como dos martillos de morfina.
Buen poema, compañero. Siempre derrochas fuerza.
Dejas pensativo.
SALUDOS DESDE LA TABERNA DEL CRÁPULA.
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