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Tú no vales sesenta euros, créetelo.
No vales ni el papel ni el metal
de ningún bolsillo
te asomas por una esquina
y desde lejos te ves pequeña
no estoy en tu piel
pero tu mirada dice que no quieres hacerlo,
la necesidad te adjudica el camino
de los clavos que tragas sin mentiras
todos los hombres que has sufrido
te desean diez minutos,
después el amargo de la carne se te queda en la boca
el poeta sólo escribe en el límite de lo que sabe y siente,
tú, en cambio te desvives, te desgarras
proyectas en minutos todo el dolor del mundo,
mientras un pene te martiriza
para que puedas pagar tus gastos.
No eres culpable, mujer de mirada impenetrable,
de lengua insípida, de tacones arduos y rimel lujurioso.
Tú no mereces eso, mujer. Tú eres incalculable.
Gio.
3 comentarios:
No está mal el eufemismo "mujer de esquinas", y lo que le sigue, el poema anterior también está logrado.
aprovecho para agradecerte el mantenimiento del blog, suelo pasar por aquí y leer...,
Un abrazo grande.
Un abrazo en estos días, poeta
Este me ha gustado especialmente, pero continuo leyendo
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