jueves, 7 de enero de 2010

Olor a sexo

.
Amanezco cada día con su nombre
fragmentando las mañanas

despierto
sobre agonías de lluvia
en perpetuos relámpagos
de sopores secretos

me adivino cuerpo de ausencia
hurgando en los ojos
su dulcísima cantera de pedriscales

ojos de serpiente
que se va enroscando
en mí alquimista memoria
exiliada en su cuerpo

me desdibujo en el denso aire
atrapado en la cornisa
desquiciante

me absorbe el hambre
que desprende por la noche
olor a sexo.


Del poemario: "Que me encuentren en Lima"
2008


Gio.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

a veces me sucede algo parecido, somos humanos y es lo que hay

Laura Gómez Recas dijo...

Rompes el hielo con dos versos excepcionales, cargados de un significado terriblemente complejo.

Y en esa "cornisa desquiciante" descarnas todo el poema.

Rotundo, Gio. Estupendo.
Laura

Marian Raméntol dijo...

Laura siempre ha tenido el don de saber decir lo que uno ve ante un poema, así que no añado más, me uno a su radiografía.

Un abrazo, Gio

Marian

CARLA BADILLO CORONADO dijo...

Yo a veces me despierto sin nombre / y veo que sigo dormida.

Saludos y buen año.
C.