lunes, 16 de agosto de 2010

Demonios

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Me descalabro, en la imagen de tu sexo galopando, hacia mi salto con pértiga.

Después de haberme alimentado de la carne de tu cúpula
ahora sólo queda mi desgarro de venas abiertas.

Extraño nuestros vicios de orcas asesinas,
de amantes profusos, que dislocaban el suelo.

Sabes que el demonio que nos agita la sangre
nunca ha desaparecido.




Gio.

5 comentarios:

Neorrabioso dijo...

Muy bueno, macho, la pértiga, las orcas.

Abrazos cachicuernos.

Hasta pronto.

Unknown dijo...

Hermoso y preciso verso final.
Lo que se vivió nunca se aparca en un álbum de recuerdos, se queda en las raíces del alma. Lo bueno y lo peor.
Bravo.
Carmen

Su Xiaoxiao dijo...

Me gusta la fuerza que tiene, y en especial el último verso.
:)

Su Xiaoxiao dijo...

Cuanto más leo este poema, más me gusta. Y sucede que siempre me asomo otra vez para leerlo, cosa que ocurre sólo cuando me gusta de verdad, profundamente, un poema. Y ahora me gusta más el verso de las orcas asesinas...es magnífico.

VICTOR VERGARA dijo...

" Sabes que el demonio que nos agita la sangre
nunca ha desaparecido. "

Uf, esto puede dar mucho juego. Me gusta.
UN ABRAZO.