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Sigues incandescente
como murmullo que acopio
de aluviones nocivos
en mi clavícula cromada
sigues hidráulica
en los estanques de mis sienes,
en mi evocadora retina,
en los acordes que succiona la madera
que me despoja de la flaqueza que se duele
en un pecho que tintinea
y que deriva en la carne
sigues eólica
por esta piel de desierto
que se inventa la certeza del agua,
la humedad del relámpago
y del carbón de este avispero
donde guardo mis huesos
que se queman de frío.
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Gio.
4 comentarios:
Brutal, Gío.
Me dejaste k.o.
besos
Hola Gío!!
Sigue estando en tu memoria,en tu corazón,sobre todo en tu corazón...
Mucha suerte en tu recital!!
Un abrazo
Percibo en tus poemas una búsqueda de la palabra, una persecución por encontrar el nombre adecuado, el adjetivo perfecto. Creo que en este poema lo consigues con creces.
Un abrazo poeta.
Qué pena que no acabe terrestre! Este poema es genial, lo estoy releyendo mucho...
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