martes, 3 de julio de 2012

La soledad

.
¿Dónde estás? Pregunta la transparencia, el no sueño, la ciudad desprovista de demencia. Y mi rostro sin fruto responde con carcoma, vigilado por la muerte para que conserve el alba: hay exilios silenciosos, edades fúnebres, caminos sin umbrales, donde la oscuridad se posa sin camisa en medio de la muchedumbre, como dioses sin pócima vestidos de mujer; lugares donde escuchas el desgarro que dormita hasta el mediodía, el azote de una viajera que profana su sexo hasta ensangrentar la infancia. Es difícil el mar sino tienes branquias, no se puede nadar en su vacío; en cada mensaje del éxodo interno hay un aliento de estancia, una fuerza pretoriana que se apaga por falta de aire. Todo es un tedio que agota a tu caballo, un extravío de andar sin vocablos, sin palabras puras que clamen viento. Estoy solo en esta reyerta de calles, de gente que no son historias, solo en este hastío lunar que no deja de enterrar vivos. Ciertamente pernocto en ese barrio, donde no hay riberas ni sustancias, donde soy uno más que cimbrea, inerte. Y debo gritar que no la conozco, debo tragarme el vértigo que han soldado las paredes, en esta indignación desmemoriada, en esta inutilidad de mis membranas que sólo respiran cansancio.







Gio.

2 comentarios:

estrella dijo...

Hola Gío!!
La conoces?claro que sí,pues todos la hemos tenido de compañía alguna vez,es buena compañera cuando se queda unos días,pero mejor lo es cuando nos abandona,tranquilo,que pronto se irá.
Un abrazo para ti!!!!

roxana dijo...

Cansancio lo conozco!!!!!!!!!!!! lo comparto totalmente!!!Hay momentos o etapas que uno siente que está claro en sus pensamientos y setimientos y otros donde se ve todo grisaceo, y hay que encontrarle la vuelta! y conocerse y saber que luego de la marea alta viene la baja.
Abrazo