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La poesía mata de hambre dice mi padre
la poesía es un pan duro que te adelgaza incurable a la sobriedad
un catre que te vacía el aliento dejando un arrebol ceniza en tu oscuro pelambre.
Ya tengo hambre le digo un hambre de hacha y de destierro
un apetito de puñete y de barrotes con la indumentaria clara de la humareda.
Abrázame y no me tuerzas los pómulos
mi chompa no está podrida mi cabeza no está enyesada
dame la estera de la noche y mira como sangro con cada letra
mira como la palabra me hace fibra y zafio el ruido de los desbocados que azulan el río.
Me desmenuzo pero no me gaseo
soy la rama chueca que se expone al otoño
mi anatomía no es yerma como tu afecto
ya aprendí a vivir así torcido con mi boquera ayunando
en las puertas del despojo
con mi repugnante camino de versos que me llevan al estupor de un caballo.
La poesía me mata y me prolonga, padre
me arroja al mar y me guarda silencio
es mi semen que ahuyenta la derrota del hombre
y se apodera del murmullo de la sed.
La poesía en sí ya es hambre
entiéndelo
ya estoy condenado, padre.
Gio.
4 comentarios:
fascinante tu fuerza y sangre, que se mete al leer como lo prohibido, como una espada, como un fuego.
Se me han puesto los pelos de punta, Gio.
Qué grande este poema.
Un besazo.
Grandísimo poema,
aunque te mate de hambre,
enhorabuena.
Un saludo.
que intenso.
y sí, si la poesía no fuese hambre, no podríamos buscar nada en ella, no?
me acorde que el otro dia que fui al correo a buscar un paquete que me envió un poeta amigo, pensé que quizas, el que me estaba atendiendo (y sin saber me entregaba una libreta para que llene de poesías) por la noche sería un bukowski...(seguro esta mal escrito)
besos
Lila.
(la palabrita verificadora es mi terror)
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